30 mayo 2008

Manifiesto por la libertad de expresión de los grafiteros granadinos

Los grafiteros granadinos han hecho un frente común, encabezado por el famoso artista El Niño de las Pinturas, en defensa de la libertad de su arte urbano. Luchan contra la persecución que se está haciendo de su trabajo callejero desde el Ayuntamiento de Granada, que amparándose en el artículo 37.b.15 del OLOP el Área de Medio ambiente ha interpuesto más de 16.000 euros en multas a personas que realizaban este tipo de actividad. Este artículo, creado por la propia administración granadina en el año 2006, obliga a presentar un permiso del Ayuntamiento junto al del propietario. No existe ninguna vía administrativa para conseguir este permiso.

Para denunciar esta incongruente situación y recabar apoyos, El Niño de las Pinturas ha creado la web Arte para todos, donde se puede leer el siguiente manifiesto:

El graffiti en Granada llegó en los noventa. Lo que comenzó como una afición, se convirtió en el eje de la vida de muchos, y esto se hizo eco en las calles. En el año 2001, mi nombre de escritor, SEX, se sumó al de EL NIÑO de Las PinTURAS, y con él, un cambio de actitud también llegó. El centro de la ciudad fue llenado de color de manera respetuosa y original, y esto tuvo su consecuencia tanto ciudadana como mediática. Incluso el Ayuntamiento tuvo que apoyar este movimiento, ante la evidencia de que, de manera gratuita y desinteresada un grupo de personas decoraba libremente la ciudad, pero su doble juego siempre ha estado ahí, sea cual fuere su orientación. Un ejemplo evidente pero desde luego no aislado, es el hecho de que se me concediera el premio de artista del año de Granada en la modalidad de pintura (año 2002) y a la vez se me multara con 900 euros por la misma actividad. Este tipo de acciones se han ido sucediendo, si bien nuestra peripecia burocrática, paciencia máximas y también el buen hacer de muchos funcionarios han conseguido evitar muchos de los pagos mediante recursos y reuniones.

Aun así, en el año 2005 se publica el libro Granada-Graffiti, realizado por los propios escritores de esta ciudad, dejando claro pues el peso existente ya en el graffiti de Granada y la aceptación de la sociedad por el mismo. Durante la presentación de este libro, realizamos una exhibición en la calle Presentación, que acabó tras varios días con nuestra expulsión de la propia calle por la policía, debido a la presión mediática y a su falta de criterio (artículos de periódico). Las obras no pudieron ser terminadas en una calle que históricamente llevamos pintando desde el año 1997 con autorización de sus dueñas. Las multas de 900 euros que se impusieron (más de 6) fueron recurridas varias veces, pero finalmente tuvieron que ser abonadas.

A raíz de esto el ayuntamiento decide pararnos los pies como sea, y tras múltiples intervenciones policiales tipo "Washington" en el año 2006 aparece la noticia: "1500 euros por orinar y pintar graffiti"; aprueba la ley 36.b.15 de la OLOP (Ordenanza de Limpieza y Ornato Públicos y Gestión Municipal de Residuos) sin preguntar a nadie. Esta ley administrativa penaliza por "realizar toda clase de pintadas en la vía pública, tanto sobre sus elementos estructurales, calzadas, aceras y mobiliario urbano, como sobre los muros y paredes exteriores de edificios, paredes medianeras, etc. Excepto las pinturas murales de carácter artístico, para lo que precisará contar con la autorización de su propietario y de la Alcaldía...".

En primer lugar, funcionarios de esta administración han dudado abiertamente del carácter artístico de mi trabajo (y del de mis compañeros), aun facilitándoles documentos en los que su propio ayuntamiento ha querido valerse de él para representarse, por lo que intentan incluso dejarme a la altura de la persona que escribe con la mejor intención "te quiero loli"en un muro, pero que dudo tenga algo que ver con el resultado de mi trabajo y el de mis compañeros. Es importante entender que quien pinta con intención de hacer algo bueno dedica más tiempo ante un lugar en concreto, y esto ayuda a que él sea el multado. Aparentemente intentan hacer leyes para parar algo "negativo para la sociedad", pero se dan cuenta de que no consiguen parar nada y entonces buscan la jugada fácil y encuentran culpables que enjuiciar, en este caso, nosotr@s.

Actualmente los escritores de graffiti de esta ciudad estamos multados en menos de 6 meses con mas de 14000 euros a través de esta ley. El ayuntamiento no ha sido capaz de dejar en manos de los propietarios de los inmuebles la aceptación o no de graffiti, y ha impuesto su presencia incluso fuera de barrios estéticamente protegidos. Además, al no facilitar ni informar de ninguna manera a los implicados sobre los trámites que exige cumplir, está acabando con la pintura libre en la calle. De esta manera, la ciudad que viene está en manos de unos pocos. Cada vez más publicidad siempre con el mismo mensaje consumista será lo que quede, no hay espacio para las personas que hacen la ciudad, sus habitantes, NOSOTR@S, sólo hay espacio para inducirnos a comprar esto o aquello. El Ayuntamiento quiere cercenar de esta manera una actividad totalmente natural en el humano y controlar cada vez más cualquiera de sus pasos.

Es curioso también observar la actitud del área de medio ambiente ante esta situación. Mantenían un proyecto relacionado con el graffiti en el que la integración (de ahí su nombre, Integraffiti) el respeto y la educación primaban sobre la represión. Incluso, el entonces Concejal de Medio Ambiente llego a decir que mis pintadas y semejantes merecían respeto dado su carácter artístico. Con el paso del tiempo vemos cómo la parte educativa y positiva del proyecto desaparece para dejar paso sólo a la limpieza, y a su consecuente gasto.

Es muy importante saber que el Ayuntamiento impone sus multas con la intención de querer una ciudad limpia de pintadas, pero impone las multas a personas que en ningún momento están realizando una actividad furtiva ni destructiva, sino respetuosa y artística que es disfrutada por muchos y que también supone un atractivo turístico para esta ciudad. Muestra de ello son la multitud de blogs realizados por turistas que se dedican exclusivamente a las fotografías de graffiti granadino.

Vuelvo a repetir que es IMPOSIBLE conseguir un permiso del Ayuntamiento porque no existe ni siquiera un documento para ello. Los más aplicados han intentado buscar una solución con el permiso de Obra Menor, que además de no corresponderse en absoluto con nuestra actividad, tiene un coste de 300 euros. Sin embargo, tanto en los documentos redactados para desestimar mis recursos como en los de mis compañeros, la única alegación es la falta de autorización municipal. Por ello, esta ley supone una trampa y la prohibición tajante de una actividad artística sin animo de lucro realizada por muchos ciudadanos y valorada también por otros muchos.


[Fuente: Arte para todos]

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