viernes 11 de mayo de 2007
19. Desde el arte con amor
Blog: Sí a la historia del arte
“Nacido de las entrañas de la frustración ante la enésima reforma educativa que amenazaba con suprimir la licenciatura de Historia del Arte como tal, integrándolo, como si se tratara de un metal, de plástico quemado grapado a la carretera, a la más genérica Historia, este blog que nace como protesta se reinventa a sí mismo transformándose en revista.
Este crítico no puede sino simpatizar (ya lo hizo en su día) con quienes reivindican, por derecho propio, la salvaguarda de la cultura. Sin esa custodia, laboriosa y necesariamente especializada, muchos de sus accesos a Internet, fotografías que cuelgan en sus post, referencias que les hacen parecer más inteligentes en una conversación de café, esos paseos que dan por plazas antiguas, casas ancestrales de ilustres moradores, su propia memoria, en definitiva, no sólo estaría corrupta por aquellos cuyos intereses los basan en cambiar la esencia del Arte, sino que estaría muerta. Y no solo eso, sino que posiblemente veríamos viejas calles convertidas en aglomerados residenciales donde la especulación sobre la vivienda se dispararía como el dedo de Bush sobre bombas de destrucción irakí.
Este crítico iletrado, inculto, que de nada sabe, defiende los postulados de la crítica como parte de la esencia del ser humano que se cuestiona cosas, se formula preguntas, y busca respuestas mientras evoluciona y crece.
Alejandro Pérez Ordóñez hace exactamente lo mismo: defender desde su punto de vista esa visión del Arte, más secreta, más especializada, menos conocida por ustedes, que sencillamente van a los museos (el que lo haga, porque este crítico duda del ochenta por cierto de los bloggeros, y perdonen mi osadía, porque si todos los que dicen ver los documentales de la 2 los vieran realmente, esta sería más que líder de audiencia, y permítanme que les contradiga) sin cuestionarse lo que hay detrás, que pasean por plazas y calles que les mencionan como Patrimonio de la Humanidad sin tener claro qué diablos significa eso, que ignoran que existen muchos artistas, pintores, escultores, músicos, arquitectos, que necesitan del mismo mecenazgo que en el Renacimiento.
Sí a la Historia del Arte, más allá de su sentido panfletario, es también una revista, quizá perjudicada por la eclosión del fenómeno blog, quedando sepultada en arena de un desierto donde las buenas ideas, qué quieren que les diga, escasean como en una campaña electoral.
El defecto de las revistas serias, está en que en rigurosa especialidad, acaban siendo elitistas, relegadas ante quienes forman parte del gremio, y raramente salen de las sombras y penumbras que las vieron nacer y crecer.
No obstante, y a pesar de esta advertencia, este crítico recomienda la lectura, pausada, desde un principio, de este interesante y muy cultureta blog, bien escrito, respetuoso hasta la extenuación, y conocedor de su oficio, que da opción a interesantes enlaces que amplían la información de quienes se quieran asomar a la exquisita delicadeza de esa historia que un día, tal vez, hable de nosotros.
Recuerden que sin iniciativas como esta, ustedes, en vez de pasear por los jardines de Aranjuez, llorarían como Charlton Heston en aquel planeta de los simios, cuando la humanidad se fue a tomar por el culo y la esperanza ya había muerto y barrido sus cenizas”.
“Nacido de las entrañas de la frustración ante la enésima reforma educativa que amenazaba con suprimir la licenciatura de Historia del Arte como tal, integrándolo, como si se tratara de un metal, de plástico quemado grapado a la carretera, a la más genérica Historia, este blog que nace como protesta se reinventa a sí mismo transformándose en revista.
Este crítico no puede sino simpatizar (ya lo hizo en su día) con quienes reivindican, por derecho propio, la salvaguarda de la cultura. Sin esa custodia, laboriosa y necesariamente especializada, muchos de sus accesos a Internet, fotografías que cuelgan en sus post, referencias que les hacen parecer más inteligentes en una conversación de café, esos paseos que dan por plazas antiguas, casas ancestrales de ilustres moradores, su propia memoria, en definitiva, no sólo estaría corrupta por aquellos cuyos intereses los basan en cambiar la esencia del Arte, sino que estaría muerta. Y no solo eso, sino que posiblemente veríamos viejas calles convertidas en aglomerados residenciales donde la especulación sobre la vivienda se dispararía como el dedo de Bush sobre bombas de destrucción irakí.
Este crítico iletrado, inculto, que de nada sabe, defiende los postulados de la crítica como parte de la esencia del ser humano que se cuestiona cosas, se formula preguntas, y busca respuestas mientras evoluciona y crece.
Alejandro Pérez Ordóñez hace exactamente lo mismo: defender desde su punto de vista esa visión del Arte, más secreta, más especializada, menos conocida por ustedes, que sencillamente van a los museos (el que lo haga, porque este crítico duda del ochenta por cierto de los bloggeros, y perdonen mi osadía, porque si todos los que dicen ver los documentales de la 2 los vieran realmente, esta sería más que líder de audiencia, y permítanme que les contradiga) sin cuestionarse lo que hay detrás, que pasean por plazas y calles que les mencionan como Patrimonio de la Humanidad sin tener claro qué diablos significa eso, que ignoran que existen muchos artistas, pintores, escultores, músicos, arquitectos, que necesitan del mismo mecenazgo que en el Renacimiento.
Sí a la Historia del Arte, más allá de su sentido panfletario, es también una revista, quizá perjudicada por la eclosión del fenómeno blog, quedando sepultada en arena de un desierto donde las buenas ideas, qué quieren que les diga, escasean como en una campaña electoral.
El defecto de las revistas serias, está en que en rigurosa especialidad, acaban siendo elitistas, relegadas ante quienes forman parte del gremio, y raramente salen de las sombras y penumbras que las vieron nacer y crecer.
No obstante, y a pesar de esta advertencia, este crítico recomienda la lectura, pausada, desde un principio, de este interesante y muy cultureta blog, bien escrito, respetuoso hasta la extenuación, y conocedor de su oficio, que da opción a interesantes enlaces que amplían la información de quienes se quieran asomar a la exquisita delicadeza de esa historia que un día, tal vez, hable de nosotros.
Recuerden que sin iniciativas como esta, ustedes, en vez de pasear por los jardines de Aranjuez, llorarían como Charlton Heston en aquel planeta de los simios, cuando la humanidad se fue a tomar por el culo y la esperanza ya había muerto y barrido sus cenizas”.
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