30 julio 2010

'Leones, la restauración de un símbolo'

El consejero de Cultura de la Junta de Andalucía, Paulino Plata, ha inaugurado en Granada la exposición 'Leones, la restauración de un símbolo', que hasta el próximo 9 de enero muestra en la Cripta del Palacio de Carlos V las doce esculturas nazaríes antes de la restitución original a su emplazamiento original en el patio más emblemático de toda la Alhambra.

Las doce figuras de leones han sido intervenidas durante tres años en los talleres de restauración del Patronato de la Alhambra y Generalife, realizada por un equipo multidisciplinar integrado por técnicos del Servicio de Conservación de la Alhambra, del Instituto del Patrimonio Cultural de España y del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico, junto a profesionales de la Escuela Superior de Ingenieros de Sevilla y del Departamento de Sistemas y Lenguajes Informáticos de la Universidad de Granada.

Los trabajos han consistido en la eliminación de las gruesas costras calcáreas que recubrían las esculturas y en la paralización de la invasión de elementos biológicos. También se han consolidado roturas de diverso origen y se han retirado elementos metálicos y adherencias muy perjudiciales como el cemento.

Además, la intervención sobre los leones ha proporcionado valiosa información para la interpretación artística, histórica y simbólica del conjunto escultórico del Patio de los Leones, núcleo central de los Palacios Nazaríes y lugar donde se concentra con mayor esplendor la refinada sensibilidad de sus creadores.

Actualmente, el Patronato de la Alhambra y Generalife continúa con los trabajos de restauración de la taza y del sistema hidráulico completo del patio, que se iniciaron en 2006 después de un complejo proceso de investigación y análisis.

El principio de autenticidad que ha guiado la restauración de los leones ha revelado el proceso minucioso y detallista que se siguió en la ejecución de esta joya escultórica. Aunque los leones aparentan ser iguales, ahora se pueden apreciar una multitud de rasgos que los singularizan.

Cada bloque de mármol fue minuciosamente escogido en cantera por el tallista para que las vetas naturales de la piedra resaltaran las formas redondeadas del león y el modelado de su figura, en la que contrastan diferentes pelajes, fauces con dentaduras afiladas y pliegues muy marcados, hocicos prominentes y ojos almendrados. Se pueden observar detalles tan delicados como la diferente fisonomía de los rostros o la singularidad de cada falange con sus digitaciones completas, en armonía con la decoración naturalista del palacio.

Esta nueva valoración ha permitido descubrir, entre otras cosas, tres tipologías de leones según a sus elementos formales diferenciadores. Cada una está conformado por un grupo de cuatro leones con similitud dos a dos en sus rasgos: nariz, pelaje de la melena, fauces y posición y relieve de la cola.

Estos estudios ha contribuido al conocimiento necesario para abordar las reintegraciones que reproducen esquemáticamente los rasgos perdidos en los diferentes rostros de los leones. Asimismo, respecto a las orejas de las figuras se han reintegrado con la forma que tenían en la última restauración y en otras que conservaban parte de su talla original se han protegido con un acabado plano de tal modo que puedan reconocerse.

En la exposición 'Leones, la restauración de un símbolo', el visitante tiene la oportunidad de contemplar estas esculturas únicas del arte nazarí junto a recreaciones virtuales, ubicadas en las pequeñas capillas que rodean la Cripta del Palacio de Carlos V, que se organizan en cinco temáticas didácticas diferentes: 'Leones de agua: registro gráfico de la transformación de una fuente (1668-1976)'; 'El león restaurado'; 'Desmontaje y traslado de los leones'; 'Proceso de restauración' y 'Poema de la Fuente de los Leones'.

El recorrido de la exposición se realiza de forma circular y está previsto un aforo máximo de 60 personas simultáneamente en el interior de la Cripta. Además, se ha habilitado un punto de lectura y otro de consulta informática, en el que se puede disfrutar de un vídeo que muestra el poema de la epigrafía de la Fuente de los Leones, escrito por Ibn Zamrak, locutado en árabe y traducido al inglés y español por el doctor en Filología Árabe José Miguel Puerta Vílchez.

Con el objetivo de conocer más detalladamente el contenido de la exposición, el Patronato de la Alhambra y Generalife ha previsto visitas guiadas a cargo de los servicios educativos del programa La Alhambra Educa, así como explicaciones en la audio-guía general del monumento.

[Fuente: Junta de Andalucía]

14 julio 2010

Editada la obra colectiva 'Construir la ciudad en la Edad Media'

Foto: Gobierno de La Rioja]El Instituto de Estudios Riojanos (IER) ha editado el libro Construir la ciudad en la Edad Media, que recoge las conclusiones de los Encuentros de Historia Medieval celebrados en Nájera en la edición 2009. 24 autores procedentes de Universidades europeas, españolas y americanas analizan las construcciones y obras urbanas medievales.

La publicación ha sido presentada el 13 de julio de 2010 por el Director General de Cultura de La Rioja, Javier García Turza, la alcaldesa de Nájera, Marta Martínez, el director del IER, José Miguel Delgado, y los encargados del libro, Beatriz Arízaga y Jesús A. Solórzano.

El Director General de Cultura ha destacado que se trata de una "excelente" publicación, que recoge un periodo de la historia que "marcó un antes y un después en La Rioja". Por su parte, Martínez ha resaltado el "legado medieval" de Nájera.

Arízaga ha indicado que en esta monografía se aborda el tema de la construcción de la ciudad medieval no sólo desde un punto de vista técnico, sino también económico, social y jurídico desde tres ejes de análisis: las construcciones, infraestructuras e instalaciones urbanas; los constructores y las técnicas constructivas; y las políticas urbanas y las obras públicas.

La primera parte está dedicada a las construcciones, infraestructuras e instalaciones urbanas. Pau Cateura Bennàsser (Universidad de las Islas Baleares) analiza la economía mallorquina basada en los intercambios en los siglos XIII-XIV. Además, la profesora Isabel Montes-Romero Camacho (Universidad de Sevilla) reflexiona sobre el trabajo de los mudéjares en la ciudad cristiana de Sevilla.

También interviene el prestigioso medievalista Alan V. Murray (Universidad de Leeds), director de la afamada revista International Medieval Bibliography y experto en la temática de las Cruzadas, con un trabajo sobre los intentos y las iniciativas de los europeos por transformar Jerusalén en una ciudad cristiana en el siglo XII. Le siguen los trabajos de Marta Álvarez Carballo (Universidad de Oviedo) sobre la construcción de infraestructuras portuarias en la villa de Llanes; de Gonçalo Brito (Universidad de Cantabria) sobre la información que aportan las crónicas castellanas y portuguesas para el conocimiento de la construcción urbana peninsular; Antonio Ortega Villoslada, que analiza las infraestructuras portuarias de la ciudad de Mallorca.

Esta primera parte finaliza con el trabajo de Víctor Pérez (Universidad de Valladolid), quien examina una construcción pública muy relevante en las ciudades peninsulares, el reloj, cuyas primeras noticias datan de los años sesenta del siglo XIV en la Corona de Castilla.

La segunda parte del libro está dedicada a los constructores y las técnicas constructivas. Philippe Bernardi (Université Paris 1-LAMOP) estudia los materiales utilizados en las obras de construcción, la percepción que tenían los habitantes de las ciudades medievales de su entorno, la construcción de los espacios públicos, entre otros temas de interés. El arquitecto Fernando Cobos Guerra estudia una gran estructura defensiva del medievo mediante el ejemplo del Castillo de la Mota de Medina del Campo.

Rafael Cómez Ramos (Universidad de Sevilla) realiza una aproximación de conjunto a los núcleos urbanos castellanos y analiza los testimonios de las ordenanzas urbanas de Toledo, Córdoba y Sevilla, que tuvieron una extraordinaria vigencia desde el siglo XIII hasta los tiempos modernos.

Manuel Silvio Alves Conde (Universidade dos Açores) diserta sobre las tipologías constructivas de los edificios domésticos medievales en las ciudades portuguesas del Valle del Tajo. Le sigue el análisis de Lorena Fernández Correas (Universidad de Valencia), quien interviene con un trabajo sobre las máquinas elevadoras que se utilizaron en las obras de construcción medievales.

Juana María Font Arellano nos introduce en un tema poco estudiado, como es el de los múltiples sistemas de construcción con tierra. Sabrina Pietrobono reflexiona sobre la técnica de construcción de paredes y muros en el sur de la región del Lacio. Este segundo bloque se cierra con el trabajo de Isabel Soares Albergaria (Universidade dos Açores) quien examina las herencias e innovaciones que se produjeron en la tipología de la casa común de las islas atlánticas (Azores, Madeira y Canarias) tras pasar a formar parte de Portugal y Castilla.

La tercera parte del libro está dedicada a las políticas urbanas y las obras públicas. Interviene, en primer lugar, Jean-Claude Maire Vigueur (Università di Roma III) con un análisis sobre las principales obras públicas en las ciudades italianas durante el período comunal. En segundo lugar, Sarah Rees Jones (Universidad de York) en torno a la relación entre el gobierno urbano y el desarrollo de los edificios y los espacios públicos en la ciudad inglesa como consecuencia de la necesidad de conservar la memoria de la ciudad y mejorar el paisaje urbano tras la Peste de mediados del siglo XIV.

Antonio Vallejo Triano (Director de Madinat al-Zahra) nos informa sobre los procesos constructivos del alcázar y la medina de esta conocida ciudad califal. Elizabeth Bradford Smith (Universidad de Pennsylvania) aborda los problemas y soluciones a los que tuvieron que enfrentarse la comunidad florentina, los dominicos y los constructores, para aplicar la "bellezza funzionale" al entorno de la iglesia de Santa María Novella. Manuel F. Fernández Chaves (Universidad de Sevilla) se centra en cómo la disponibilidad del agua influyó en el urbanismo de la ciudad hispalense bajomedieval.

Alberto Gómez Lázaro (Universidad Complutense de Madrid) centra su trabajo en torno al papel de los monarcas visigodos y la influencia de Bizancio en la construcción de las ciudades altomedievales. Mario Lafuente Gómez (Universidad de Zaragoza) investiga las defensas que se levantaron en Zaragoza durante la Guerra de los Dos Pedros (1356-1366). Por su parte, Sara Mondini (Universidad de Venecia) analiza el levantamiento de monumentos y sus implicaciones políticas y religiosas en la ciudad india de Gulbarga, que fue la capital del primer estado musulmán independiente (1347-1527).

Diana Pelaz Flores (Universidad de Valladolid) realiza un certero análisis de la gestión de las obras públicas en el Valladolid de finales del siglo XV, que muestra la manera en que se entrelazaba la vida socioeconómica con la del poder político.

La obra ha sido editada como el número 14 de la Colección Ciencias Históricas, consta de 640 páginas y está ricamente ilustrada con planos, mapas, dibujos y fotografías.

[Fuente: Europa Press]

12 julio 2010

Rescatan la figura olvidada del pintor sevillano Vicente Alanís

Pintura de Vicente Alanís [Foto: UPO]Un estudio de la Universidad Pablo de Olavide (UPO) reconstruye por primera vez la vida y cataloga la obra de Vicente Alanís (1730-1807), pintor sevillano y uno de los protagonistas de la transición de la última fase del barroco a los comienzos del academicismo en Sevilla. Este trabajo de investigación realizado por Álvaro Cabezas, doctorando del programa “Historia del arte y gestión cultural en el mundo hispánico” de la UPO, ha tenido como objetivo esclarecer la situación artística sevillana de la segunda mitad del siglo XVIII. Para ello a recurrido a la figura de Vicente Alanís, autor de gran parte de los frescos y lienzos que actualmente decoran las parroquias hispalenses de San Nicolás o de Santa Catalina.

Formado con su padre en el gremio de pintores de San Lucas, alrededor de 1750 Vicente Alanís se asocia con el pintor Pedro Tortolero, discípulo de Domingo Martínez, el principal representante de la pintura sevillana de la primera mitad del XVIII. En 1767, Tortolero muere, heredando Alanís los trabajos de decoración mural de la capilla sacramental de la parroquia de Santa Catalina. En este momento despega su carrera artística. A la edad de cuarenta años alcanzó la máxima responsabilidad en el gremio de pintores con el cargo de alcalde veedor. Por esa fecha, entre 1770 y 1775, participó además en la puesta en marcha de la Real Escuela de las Tres Nobles Artes de Sevilla, donde ocupó varios cargos hasta su renuncia en 1803.

“Mientras que la principal figura de la pintura sevillana de la segunda mitad del XVIII, Juan de Espinal, tenía una monografía publicada desde 1981, la segunda figura en importancia, la de Vicente Alanís, ha permanecido olvidada pese a ser durante veinte años (1783-1803) el principal pintor de la ciudad”, señala Álvaro Cabezas. Según el doctorando, este olvido se ha debido principalmente a dos razones. En primer lugar, por tratarse de un artista de mediana calidad artística y con una gran cantidad de obras en su haber que, por el devenir histórico, han desaparecido en gran parte. Por otro lado, Alanís se encontró con la alargada sombra primero de Juan de Espinal y, tras la muerte de éste, de la pintura de Murillo, por lo que su estilo y maneras pictóricas no tuvieron incidencia en los artistas posteriores.

El trabajo de investigación de Álvaro Cabezas, dirigido por Francisco Herrera y tutelado por Francisco Ollero, ha realizado una reconstrucción de la vida de Vicente Alanís y ha sistematizado su obra, fijando las constantes estilísticas de su pintura, las influencias que recibe y las formas artísticas que emplea. Por otra parte, ha elaborado un catálogo de sus obras según estén documentadas, sean de segura atribución, presenten dudas al respecto y las nuevas atribuciones. Este método de trabajo también se ha aplicado a la corta carrera del hijo del pintor, José Alanís, y a sus obras conocidas.

A este respecto, el doctorando apunta a la pintura de Ánimas perteneciente a la Hermandad Sacramental de la parroquia sevillana de la Magdalena como obra de Vicente Alanís. En este lienzo, adosado a la nave del evangelio del antiguo convento de San Pablo, Álvaro Cabezas identifica el modelo de rostro solemne y fino del pintor para las figuras principales. Además, existen parecidos razonables en otras figuras como la Magdalena o los ángeles con obras anteriores y reconocidas del artista. Otro aspecto destacado en el análisis de la obra apunta a la influencia de Juan de Espinal y su Virgen del Carmen de la capilla de San Onofre, con la Virgen que Alanís pinta en el lienzo.

Mediante su trabajo de investigación, Álvaro Cabezas ha querido “esclarecer una época tradicionalmente infravalorada, un momento histórico de transición entre el barroco y el neoclasicismo que, como ha ocurrido en otras ocasiones, se ha valorado menos en la historiografía artística”. Según el joven investigador, Vicente Alanís, junto con otros muchos artistas de su época, sufrió también las consecuencias del silencio de Ceán Bermúdez, historiador del arte de finales del XVIII que escribió un famoso “Diccionario” de artistas donde ignoró y criticó a los protagonistas del último barroco. No fue hasta los inicios del siglo XX que el documentalista José Gestoso recuperó el nombre de Alanís y hasta el último cuarto cuando el profesor Valdivieso delimitó gran parte de su catálogo, revalorizando al artista.

[Fuente: UPO]