Del 20 de septiembre al 28 de octubre de 2007 está abierta en Salamanca la exposición Josep Renau: arte y propaganda en guerra, organizada por el Ministerio de Cultura y de la que es comisario Miguel Cabañas Bravo. La muestra está instalada en dos sedes: el Patio de Escuelas Menores de la Universidad de Salamanca y el Archivo General de la Guerra Civil. "A través de los documentos conservados en los Archivos Estatales (Archivo General de la Guerra Civil Española, Archivo General de la Administración y Archivo Histórico Nacional), se muestran las actuaciones que llevó cabo el artista, tanto en el terreno de la salvaguarda de nuestro patrimonio artístico-cultural, como en el de la propaganda y el activismo socio-cultural".
Realizada con motivo de la celebración del centenario del nacimiento de Josep Renau y los veinticinco años de su muerte, esta exposición "es una contribución al análisis y divulgación de uno de los aspectos menos conocidos y más significativos de su trayectoria, como fue el de su papel al frente de la Dirección General de Bellas Artes durante la Guerra Civil". La exposición reproduce a gran formato carteles y diseños de Renau conservados en los Archivos Estatales y da a conocer una gran cantidad de material gráfico y documentos originales desconocidos hasta ahora. Reúne más de 200 imágenes entre las que se pueden destacar temas como la evacuación del Tesoro Artístico (Museo del Prado, Catedral de Toledo, Palacio de Liria, Teruel, etc.) a Valencia y Barcelona; la exhibición que se hizo de gran parte de esas obras de arte en el Colegio del Patriarca (Valencia); la labor de propaganda realizada por Renau, con la organización de actos como la 'Semana del Niño' en Valencia, la tribuna de propaganda instalada en la plaza de Emilio Castelar de Valencia, las Fallas Antifascistas, etc.
2 comentarios:
El arte que se desarrolló durante la Guerra Civil es interesantísimo. Respecto a la literatura me gustó mucho leer "El mono azul". Los recursos que utilizan para motivar a los ciudadanos son excepcionales ya que (por suerte) una guerra es un hecho excepcional. Al menos, quiero creer que es un hecho excepcional.
Cualquier momento de crisis hace aflorar la creatividad del ser humano de una forma extraordinaria, y qué mayor crisis que una guerra. Quiero creer como tú en esa deseable excepcionalidad de las guerras como hecho histórico, aunque una mirada global al mundo en cualquier época histórica nos hace pensar más bien en lo excepcional de la paz. Quizá viviendo en nuestra burbuja de estado del bienestar nos cueste ver el dolor de otros países y otras épocas, pero esta ceguera nuestra no significa que no existan ni que sean menos sangrantes.
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