El 22 de junio del año pasado, Markus Schumacher, estudiante de Prehistoria de la Universidad de Tubinga, en el suroeste de Alemania, que trabajaba con un grupo de otros 15 en las excavaciones de la gruta de Vogelherdhöhle, encontró una especie de piedra cubierta de barro. Tras las labores de limpieza, salió a relucir un mamut tallado en marfil de 3,7 centímetros de largo y 7,5 gramos de peso. Se trata de una obra de arte de unos 35.000 años, por primera vez una pieza completa, tal vez la más antigua de la historia, unos 10.000 años más que la Venus de Willendorf y 20.000 más que el bisonte de las cuevas de Altamira.
El hallazgo se anunció estos días, un año después, para respetar las reglas científicas que exigen una comprobación de la autenticidad y la publicación en algún texto especializado. El catedrático de Prehistoria de Tubinga Nicholas Conard, de 45 años, a duras penas podía controlar su entusiasmo al describir la pieza: "El mamut ha sido realizado con mucho cuidado y precisión. El rabo picudo, las fuertes patas y la dinámica trompa confirman que la representación de la figura más antigua no puede calificarse de ninguna manera de primitiva, sino de altamente desarrollada y hermosa".
Los hombres que tallaron el mamut eran los cromañón, que poblaron aquella región del sureste de Alemania entre los ríos Rin y Danubio en el Paleolítico Superior, en el periodo Auriñaciense. El mamut constituía una base para la supervivencia de aquellos hombres de las cavernas. Les proporcionaba carne para alimentarse, piel para protegerse del frío y huesos con los que fabricar instrumentos. Para cazar a los mamuts se servían de lanzas y también les tendían trampas. En las cuevas encontraban protección frente a las inclemencias del clima y a posibles enemigos. Las excavaciones en la cueva de Vogelherdhöhle se remontan a comienzos de los años treinta del siglo pasado.
El arqueólogo Gustav Riek realizó importantes hallazgos de trozos de figuras de mamut y de caballos salvajes. Como buena parte de los profesores alemanes, Riek se puso al servicio del nazismo y gozó de la protección del jefe de las SS, Heinrich Himmler. Entre 1940 y 1941 fue uno de los directores del campo de concentración de Hinzert, destinado a la reeducación de los que los nazis consideraban criminales. Riek desapareció después de la guerra, pero en 1956 le dieron una cátedra de Arqueología Prehistórica en Tubinga, que ocupó hasta su jubilación, en 1968.
En los trabajos arqueológicos actuales en la cueva participa la experta María Malina, que explica que se realizan durante varias semanas en verano: "Somos un equipo de unas 12 personas de muy diversas nacionalidades. Estudiantes que trabajan voluntarios y lo hacen gratis. Sólo reciben alojamiento y comida porque no tenemos mucho dinero y nos financiamos sobre todo con donaciones privadas". El año pasado trabajaron dos meses, entre el 15 de mayo y el 13 de julio, examinaron 38 metros cúbicos de tierra y llenaron 3.837 sacos de 16 litros con sedimentos. Los actuales arqueólogos llevan examinados 80 metros cúbicos, casi un 20% de los extraídos en los años treinta.
Malina también habla con entusiasmo del hallazgo del mamut: "Lo más especial es que está casi entero. El problema de estas figuras de marfil es que se descascarillan y se rompen con el paso de los siglos. Normalmente, sólo encontramos piezas aisladas y con suerte podemos hacer un rompecabezas. Este mamut es algo muy especial, que tallaron los primeros humanos anatómicamente modernos".
Explica Malina: "El trabajo de los arqueólogos es muy duro. Se hace fuera de la cueva porque los excavadores de los años treinta sacaron los sedimentos para encontrar las piezas. Acumulamos los sedimentos, los colamos y los lavamos para encontrar las piezas. No encontramos casi nada sobre el terreno, sino sólo después, al tratar los sedimentos".
No está claro el uso de la talla del mamut para los hombres de las cavernas. Conard dice que hay "una docena de posibles explicaciones. Puede que tenga que ver con el chamanismo o que sea simplemente un juguete. Tal vez servía como ayuda en el parto para sostenerlo en la mano. Es difícil encontrar una respuesta definitiva".
Tiene que luchar Conard para conseguir financiación para los trabajos de excavación, que cuestan medio millón de euros al año, pero sólo cuenta con 100.000. No se explica el científico que se paguen 140 millones de euros en una subasta por un cuadro del pintor austriaco Gustav Klimt y no haya dinero para el mamut: "No tengo nada contra Klimt, pero este mamut es mucho más valioso. Si se tiene en cuenta la parte que representa Klimt en la historia del arte mundial, los precios que alcanzan sus cuadros son disparatados. Me parece que debería valorarse el arte prehistórico porque es muchísimo más antiguo y escaso. El problema es que la arqueología está mal financiada en todo el mundo, también en Alemania".
Nicholas Conard, que dirige el Instituto de Prehistoria de la histórica universidad alemana de Tubinga y cuyos trabajos de investigación constituyen una valiosa aportación a la idea de que los hombres primitivos que poblaban Europa procedían de África, no se limita a la teoría, sino que participa también en las excavaciones. En su opinión, el hallazgo del mamut es "un muy importante". "Es la primera pieza que encontramos entera", afirma. "La idea de que el arte empieza de manera sencilla para complicarse con el tiempo es errónea. El arte prehistórico que encontramos es perfecto, acabado. Lo es el mamut, que es la primera obra de arte figurativo que conocemos en el mundo".
[Fuente: El País]
2 comentarios:
descubro Tu blog ...muy interesante
el descubrimiento fue asombroso estaria bueno que descubran mas fosiles que asombrara al mundo y a los biologos y a las personas que les intereza la historia....
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