Un equipo de investigadores españoles, con participación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha encontrado en Siria el rastro de una ciudad de unos 5.500 años de antigüedad, lo que la convierte en una de las más antiguas de la historia. El hallazgo se enmarca en el Proyecto Medio Éufrates Sirio, un trabajo arqueológico que se desarrolla en Tall Humeada, en la ribera izquierda del Éufrates. Los primeros resultados han sido presentados el 21 de febrero de 2007 en el campus central del CSIC, en Madrid.
Los investigadores Ignacio Márquez (CSIC) y Juan Luís Moreno (Universidade da Coruña) mostraron algunos de los vestigios hallados en la segunda campaña del Proyecto, realizada en 2006. Entre los objetos presentados se encuentran restos óseos y fragmentos de cuencos. La datación de los cuencos, realizada en España, ha permitido saber que la ciudad ahora descubierta es del mismo periodo que Uruk, una de las ciudades más antiguas que se conoce.
El investigador del CSIC explica: “Fue toda una sorpresa encontrar estos cuencos, tan típicos de la primera urbanización del sur de Mesopotamia, en esta región del Medio Éufrates sirio. Estos objetos, además de enseñarnos aspectos importantes de cómo vivían en la época [en torno al año 3500 a.C.], demuestran que el yacimiento en el que trabajamos corresponde a una de las primeras ciudades de la historia”.
Márquez añade que la ciudad del periodo de Uruk que han identificado es, por la tipología y cronología de su cerámica, una de las ciudades más antiguas del mundo, ya que coincide con la llamada revolución urbana, es decir, el momento de la historia en que aparecieron las primeras ciudades. El Proyecto Medio Éufrates Sirio aportará información sobre la forma de vida, la alimentación y la organización de la ciudad descubierta, lo que ofrecerá un modelo de actividad en las primeras sociedades complejas.
El periodo de Uruk se fecha en la segunda mitad del IV milenio a.C. (3500-3100 a.C.), y se caracteriza por la producción en serie de una cerámica muy típica, cuencos muy sencillos, hechos con moldes, que probablemente servían como recipientes de raciones de comida.
Márquez explica que a finales del IV milenio a.C., época a la que pertenece el yacimiento estudiado, surgieron en el sur de Mesopotamia (actual Irak) las primeras ciudades, la primera arquitectura monumental de grandes templos o palacios, así como la primera escritura, llamada cuneiforme.
El investigador del CSIC es precisamente el responsable de leer e interpretar la información textual pertinente, en escritura cuneiforme, y descifrar todos los objetos con inscripciones que se encuentren en los yacimientos. Asimismo, participa en las labores de prospección y de excavación del proyecto.
El Proyecto Medio Éufrates Sirio abarca asimismo la investigación, en la misma zona, del yacimiento de la frontera norte del reino de Mari, con cerca de 4.000 años de antigüedad, así como del asentamiento y las tumbas de una necrópolis bizantina, fechada entre los siglos V d.C. y VI d.C.
Entre los objetos descubiertos en el yacimiento bizantino destacan distintas piezas de un ajuar recuperadas de varias tumbas: cuentas de collar semipreciosas, pulseras de hierro, anillos, un peine de madera y puntas de flechas.
Ignacio Márquez (Barcelona, 1966) es Licenciado en Historia Antigua y Máster en Asiriología por la Universidad de Barcelona, en 1989 y 1991, respectivamente, y se doctoró en la misma universidad cuatro años más tarde. Sus líneas de investigación se han dirigido al estudio de lenguas semíticas y culturas del Antiguo Oriente Próximo. Además, desde 2005, su investigación se ha centrado en la literatura científica babilonia. Es investigador del CSIC en el Instituto de Filología (CSIC), en Madrid. Desde 2005 es codirector científico y epigrafista del Proyecto Medio Éufrates Sirio.
[Fuente: CSIC]
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